
De
EspañaPasamos dos noches en el hotel Kotohira Kadan, buscábamos un lugar tranquilo al final de nuestro viaje recorriendo Japón y es fantástico, está en una zona muy tranquila a las afueras del pueblo, y pegado a un bosque.
Nuestra habitación era de estilo occidental, estaba en el edificio principal y daba al río, teníamos unas vistas totalmente despejadas que eran preciosas y mucha luz.
El desayuno y la cena fueron abundantes y constan de productos naturales, de cercanía y de temporada. Nosotros pedimos que todo fuera japonés aunque nos comentaron que habí opciones occidentales.
El onsen público es pequeño, está muy cuidado y tiene una zona exterior que da a un bosque de bambú que por la noche es una maravilla. Además hay toallas y casilleros para dejar las cosas, por lo que sólo necesitas la yukata y las zapatillas que te proporcionan :) a la salida, en la sala comunitaria hay té frío.
El personal es muy-muy amable y te ayudan en todo.
Además tienen servicio de shuttle por lo que vinieron a recogernos a la estación y nos llevaron el día que nos fuimos.
Lo recomendamos totalmente.