La atención por parte de Mary y su madre fue estupenda. La casa una maravilla. Lugar muy relajante en el que desconectar. El único ruino son que escuchas son los animales. Sin duda la mejor estancia en la que nos hemos alojado de las islas del dodecaneso. Nos llevamos un bellísimo recuerdo de Lipsi. Seguro volveremos.