Opiniones del Masía Can Jou

El paraje es precioso, la pareja que lo regenta no pueden ser más empaticos

Es una masia que lógicamente no está adaptada íbamos con persona mayor que tuvo problemas de movilidad.

La paz de la masía ,y las personas que lo dirigen son un encanto

Una masía en medio del bosque, en el entorno del Parc Natural de la Garrotxa. Tras 15 minutos adentrándose en el bosque llegas a Can Jou, una masía para desconectar y reconectar con uno mismo y con la naturaleza. La família que lo regenta son encantadores, te hacen sentir como en casa. Desayunamos ambos días y cenamos uno y todo riquísimo. Viajamos con la bebé y nos facilitaron todo, incluido adaptar el menú para ella. Tienen gallinas, caballos, burros, y mucho bosque! Y que decir de la piscina! La que tiene las mejores vistas. Sin duda, cuando volvamos por la zona, iremos a Can Jou.

El trato con los dueños, José, Gloria y Nico, las preciosas vistas, la comida, la piscina...

El camino por el que hay que llegar hasta la casa.

El sitio es ideal para desconectar. Tiene salones con chimenea y terrazas de ensueño. El personal es muy afable y la comida es de calidad. Todo estaba muy limpio y tranquilo. Sin duda, para repetir. Cosas a mejorar: No hay nada cerca para comer/cenar y tampoco hay opción de cocinar, ni nevera. Te ves obligado a coger el coche para ello, o pagar 25,50 euros de menú por persona, aunque sólo ofrecen cena. Es un menú único, no se escogen los platos. Primero, segundo y postre. Agua y vino tinto de la casa, no hay blanco. Las camas son blandas y las almohadas muy finas. Si repito, me traigo la mía.

El silencio, la amabilidad de los anfitriones, la atmósfera relajada.

Calidad defectuosa/económica del mobiliario en la habitación.

El desayuno estuvo fantástico, con unas vistas maravillosas, un placer desayunar así. Nos gustó mucho que des de la misma Masía se pudieran hacer escursiones muy chulas sin la necesidad de coger el coche.

La carretera para llegar allí fue todo un reto para una conductora principiante, sobre todo de noche.

Desayuno de autoservicio con productos locales y con poco uso de envases de usar y tirar (buen punto a su favor). Las cenas también muy ricas, aunque el menú es único, eso sí. Habitación muy cómoda y preciosas vistas.

El agua de la ducha a veces no salía todo lo caliente que debería, pero teniendo en cuenta que el hotel opera con placas solares es comprensible. El camino de llegada es un camino rural estrecho y sinuoso, es muy bonito para hacerlo sin prisa y con buen tiempo se tarda 15 min desde Sant Jaume de Llierca, no es recomendable con mal tiempo o si no se tiene mucha experiencia conduciendo por caminos así.

El desayuno y la cena estaban increíbles. El sitio es muy tranquilo y las vistas muy bonitas

Hacía un poco de frío en la habitación. La casa está a unos 15minutos del pueblo más cercano por una carretera de doble sentido muy estrecha que por la noche era muy incómoda. La casa era un poco antigua y se oía bastante ruido porque había un grupo que se quedó hasta tarde hablando muy alto. Había poca cobertura y no había wifi

Nos ha encantado! No solemos hacer escapadas así pero repetiremos seguro! El paisaje es impresionante y despertar por la mañana y salir al balcón y ver esas vistas no tiene precio. Tienes que recorrer una carretera estrecha y con curvas de 15-20 minutos para llegar hasta ahí pero vale la pena! Una tarde nos cruzamos a dos ciervos! Las personas que llevan la masía son encantadoras y la comida está súper rica, tanto desayuno como cena. Hay una sala común con juegos de mesa, libros y una chimenea. Y a poco rato en coche tienes muchos sitios preciosos para visitar: Estany de Banyoles, Besalú, Castellfollit de la Roca, Santa Pau, los volcanes de Santa Margarita y del Croscat, la Fageda d’en Jordà, Olot…

No en tono de crítica pero sí de propuesta de mejora: la cama y las almohadas son un pelín incómodas. E iría bien una mampara en la ducha ya que la que hay no cubre bien y acabas salpicando el resto del baño. Pero nada que empañe la buena experiencia que hemos tenido 😊

Todo Lugar perfecto para desconectar

Ubicación en medio de la montaña, vistas increíbles. Habitación grande con terraza, aunque no con vistas a la montaña. Silencioso. Tienen gallinas y más, pero no hacen ruido. Los propietarios muy amables.

La terraza podría tener un par de tumbonas, pero para eso te vas a la piscina.

La amabilidad de los dueños y del personal. Las vistas y la paz que se respira.

Nada

El entorno y los paisajes y el desayuno con productos de la zona y ecológicos. Despertarte con las gallinas libres y poder darles de comer pan , mi hija lo ha disfrutado mucho. Gloria y Jose y su hijo Nico son muy cercanos y amables.

Tener algo más de servicios como alguna máquina para comprar algo de picar o bebidas.