Opiniones del 清浄心院

La ubicación, las instalaciones con habitaciones amplias y cómodas con baño caliente en las duchas. Gran experiencia que incluye asistir a la plegaria por la mañana con los monjes, la ceremonia del fuego al mediodía y visita guiada al templo. Experiencia desde luego única.

La comida es muy distinta a lo que estamos acostumbrados. Para cenar pudimos comer algo pero el desayuno tuvimos que dejarlo e ir a desayunar a otro sitio.

Fue una experiencia increíble, el trato del personal excelente y el templo es maravilloso. Con los jardines, la tranquilidad y la paz. Ojalá poder volver algún día.

Nada.

Absolutamente todo, ya que tener la oportunidad de alojarte en un monasterio budista compartiendo sus instalaciones y comida, tanto con los monjes como con otros peregrinos, asi como de disfrutar de la religiosidad compartiendo los rezos matinales con respeto y consideración (sin fotos, estando pendiente de todo lo que ocurre) y la celebración al mediodía de la ceremonia del fuego, es algo maravilloso y muy enriquecedor desde numerosos puntos de vista. Además del entorno maravilloso donde se encuentra enclavado el monasterio. También tuvimos la enorme suerte dd aue al llegar nos hicieron una visita guiada por el monasterio, explicándonos con ayuda de unos voluntarios, las diferentes estancias del mismo y satisfaciendo nuestra curiosidad con sus explicaciones. Las habitaciones tradiciones con tatami y futones en el suelo eran amplias, luminosas, cómodas y muy limpias. El baño comunitario también fue muy agradable.

Quedarse a dormir en un templo budista tiene muchísimo encanto.

Nos tocó una habitación sin llave. Además los baños son compartidos y las duchas sólo se pueden usar de 16:00 a 21:00

Amplitud, amabilidad y tranquilidad

Que cerraran puertas a la 5pm y quedarnos cerrados sin poder visitar el pueblito. Comida vegana sin opción y sin sabor

Amabilidad y cortesía tanto de los monjes como del personal del alojamiento.

Vivir la experiencia . El comentario un espectáculo , justo al lado.

Nula explicación de la cultura budista , comida , baños, ceremonias, pijama. La ceremonia fue un fracaso. El menú era INCOMIBLE. Vegetariano pero sin ningún tipo de sabor y todo frío. Nos faltó una persona con quien poder hablar en inglés y nos explicara todo. No repetiría

Excelente atención, lugar. Limpio y cálido.

Precio un poco elevado.

La atención y la comida

El calentador despedía un fuerte olor a gas, solo hay que tener cuidado con él

La ubicación, el entorno, la amabilidad de los monjes... Vives una experiencia increíble en un lugar privilegiado.

Nada. Todo perfecto.

Las habitaciones y el onsen estuvieron más que a la altura! Y la localización, perfecta.

Se confundieron y nos dijeron que nos esperaban para la cena pero, cuando llegamos, no estaba incluida y al ser un poco tarde nos costó encontrar una alternativa donde comer. Tampoco los rezos los disfrutamos demasiado, había solo un par de monjes rezando para 15 turistas, lo que hacía la experiencia un poco extraña.

Excelente ubicación a la entrada del cementerio, la zona de baño pese a ser compartida era muy agradable. Una experiencia muy real

La almohada es como en casi todo Japon un drama. Cuidado con el desayuno ya que es muy tradicional y personalmente al no estar muy acostumbrados no nos gusto mucho.

El personal. Muy preocupados por explicar todo lo que hay en el templo. Al lado del cementerio.

La amabilidad de la recepción en la salida. Muy bonito el lugar, el monasterio, la entrada, los jardines, el templo, los pasillos, la ceremonia del fuego. Está a la entrada del cementerio de Koyasan. Nos dieron té y un pastelillo típico de Japón cada día. Ideal para los que les gusta los rezos budistas.

No nos dieron opción de desayuno. La habitación daba a la zona de estacionamiento de los coches, ruido.

Localización, al lado del Cementerio, Okuno in., Construcción tradicional, amplitud y comodidad dentro de su sencillez. La atención al llegar, tras el servicio religioso matutino o al marchar, cálida y educada. El entorno en todo el Monte Koya, rxpectacular

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La comida es deliciosa. Y el ritual de la mañana es precioso. Fue una gran experiencia. El sitio es muy muy bonito. Los monjes hablan poco inglés pero se hacen entender bastante bien. Muy cerca de Okunoin y junto a parada de autobús si necesitas ir a otro sitio y no quieres ir andando.

Ya había estado en otros ryokan pero este era sin duda el futón más duro de la historia.